Afligido por un raro cáncer de la retina llamado retinoblastoma, un adolescente de Gaza visitó recientemente al Prof. Itay Chowers, jefe del Departamento de Oftalmología del Centro Médico Hadassah.
Sus ojos estaban en forma terrible. Luego de una cirugía fallida, estaba ciego de un ojo; y del otro tenía una visión mínima. Hasta que acudió a Hadassah.
«No hay respuestas para tal caso en los libros», dice el profesor Chowers, «pero decidí hacer lo que pude». Limpió los restos del cáncer, colocó la retina, aplicó aceite de silicona para mantenerlo en su lugar e hizo algunos otros ajustes médicos. El niño entonces pudo ver con un ojo.
Pasó el tiempo y un día, el adolescente llamó a la puerta del profesor Chower. Le dijo al profesor que se había graduado de la escuela secundaria y después de haber terminado sus exámenes, había quedado en primer lugar de buenas calificaciones de su escuela. Y el premio de despedida fue un viaje a Jerusalén. No podía ir a Jerusalén sin agradecer al médico de Hadassah y al hospital que había hecho posible el mejor momento de su vida.