El profesor Gil Leibowitz, jefe de la Unidad de Diabetes del Servicio de Endocrinología y Metabolismo del Centro Médico Hadassah, se recuerda a sí mismo como un niño de siete años asustado y flaco cuando el médico les dijo a sus padres que tenía diabetes tipo 1. Era el año 1969 y vivían en Beersheba. La ciudad era una ciudad tranquila, con un solo hotel que tenía una piscina y un hospital que Hadassah había iniciado el año siguiente a la independencia de Israel.
«Me lo tomé duro», dice el profesor Leibowitz. «Recuerdo las dos palabras que el médico seguía diciendo, izun e ishpuz» [balance y hospitalización]. Y, por supuesto, tampoco entendí el significado de la diabetes infantil “.
El balance sería un desafío. Antes de 1969, las personas con diabetes no tenían forma de evaluar sus niveles de azúcar en la sangre. Los primeros medidores pesaban tres libras, costaban $ 650 dls y solo estaban disponibles para los médicos. Hoy, el profesor Leibowitz lleva un pequeño monitor de nivel de glucosa en su brazo.
«Quería ser como todos los demás niños, y fui a todas las excursiones escolares y jugué al baloncesto», recuerda. Pero cuando todos sus amigos fueron a servir en las Fuerzas de Defensa de Israel, fue rechazado. «Hoy en día, en un Israel más sofisticado, los adolescentes con diabetes pueden encontrar un lugar en el ejército», explica el profesor Leibowitz.
El profesor Leibowitz convirtió su decepción en una ambición de por vida para tratar y ayudar a curar la diabetes. Muchos avances han ocurrido en el último medio siglo desde que fue diagnosticado, y Hadassah ha jugado un papel histórico en ayudar a prevenir la diabetes y mejorar la vida de quienes padecen esta enfermedad crónica.
El seis por ciento de los israelíes de 20 a 79 años tienen diabetes tipo 1 o tipo 2. El número aumenta a 20 por ciento entre los ancianos y 50 por ciento entre las mujeres árabes de Jerusalén. Ciertas poblaciones, como los judíos yemenitas y los judíos etíopes, solían tener índices muy bajos de diabetes hasta que llegaron a Israel y adoptaron una dieta de estilo occidental. En los Estados Unidos, las tasas de diabetes son tan altas como el 10 por ciento en general.
La investigación del propio Leibowitz en Hadassah se ha centrado en el papel fundamental de las células beta en el desarrollo de la diabetes. Hadassah también es un recurso importante para ensayos clínicos de medicamentos fuera de los Estados Unidos. Las colaboraciones en curso incluyen aquellas con la Universidad de Helsinki y el Centro de Diabetes Joslin en Boston.