Un estudio de la Organización Médica Hadassah ha revelado que las mujeres embarazadas que fueron vacunadas contra COVID-19 transmitieron sus anticuerpos a sus bebés. El nivel y el tipo de anticuerpos sugerían «poder bloquear el virus lo suficiente», informa la Dra. Dana Wolf, una de las principales investigadoras del estudio y directora de la Unidad de Virología Clínica de Hadassah.
El estudio evaluó el nivel de anticuerpos de inmunoglobulina G (IgG) de 20 mujeres embarazadas y sus bebés. Las mujeres habían recibido dos inyecciones de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer durante el tercer trimestre de sus embarazos. En todos los casos, los anticuerpos se detectaron en niveles adecuados, tanto en la sangre de la madre como en la sangre del cordón.
“La protección neonatal contra la infección depende principalmente de los anticuerpos de origen materno que se transfieren a través de la placenta”, relata la Dra. Wolf.
Hasta ahora, el estudio solo se ha publicado en medRxiv, un servidor de preimpresión para las ciencias de la salud y, por lo tanto, aún no ha sido revisado por pares.
La investigación se realizó en febrero, muy poco después de que las primeras mujeres embarazadas comenzaran a recibir vacunas en Israel. La Dra. Wolf señala que el equipo de investigación ahora también está evaluando el nivel de anticuerpos en mujeres que fueron vacunadas antes en sus embarazos.
Desde el inicio de la tercera ola de la pandemia de COVID-19, decenas de mujeres embarazadas en Israel han sido hospitalizadas en unidades de cuidados intensivos después de contraer COVID-19. En la mayoría de los casos, tuvieron que dar a luz a sus bebés temprano mediante cesáreas de emergencia.