Agencia AJN.- El doctor Abed Khalaileh es director del Servicio de Trasplante de Riñón del Departamento de Cirugía General, en el hospital Hadassah de Ein Kerem. De origen palestino, nació en Jerusalem, en una familia de siete hermanos. Después de un breve paso por la ingeniería, se decidió a estudiar medicina y viajó a Stalingrado a recibir su primer título. Después de su experiencia en el extranjero regresó al país y empezó su carrera médica en Hadassah en 2002, donde comenzó su especialidad en cirugía. Viajó a Francia para aprender sobre intervenciones en trasplantes de hígado y riñón, y más tarde en Turquía realizó estudios avanzados en trasplantes, mientras se desempeñaba como médico principal en el Hadassah. Años más tarde finalizó su doctorado en la Universidad Hebrea en Biología Evolutiva, especializándose en los ciclos genéticos del cáncer de páncreas. Hace poco comenzó con su nuevo cargo de director en el Servicio de Trasplantes de riñón del hospital.
“El hospital Hadassah es como un Arca de Noé, porque aquí se ven árabes, judíos y cristianos. Tenemos gente que viene de los territorios palestinos desde Tulkarem, Ramallah, Hebron, Kalkilia que les enseñamos y si tienen dificultades en su zona nosotros vamos y los ayudamos”, expresó durante la entrevista que mantuvo con la Agencia AJN en Jerusalem.
Además, opinó que “si alguien del pueblo palestino quiere crear un Estado hoy, debe pensar que el camino no es bajo la acusación, sino aprendiendo del mejor. No importa si es de un judío, norteamericano, de Francia o de San Pablo. En el mundo de la medicina y en los territorios palestinos, la gente sabe lo que es Hadassah. Se deja de lado la política. No piensan que acá sólo hay judíos. Ellos saben que aquí vienen y recibirán atención médica sin fronteras. Acá se mira al paciente como ser humano”.
“Yo veo cómo mis colegas luchan por cada paciente, no importa de dónde viene, qué hizo, quién es su familia. Y no por razones políticas, sino porque todos los seres humanos merecen la mejor atención médica posible”, destacó.
-¿En qué se destaca el servicio de trasplante de Hadassah?
-En materia de trasplantes, en Hadassah pasan cosas únicas. Hoy en Israel, y principalmente en el hospital donde yo trabajo, existe lo que se llama ‘altruísmo’. Un donante va al centro médico por voluntad propia, sin conocer a quien recibe el órgano, y lo dona. No hay muchos países en el mundo dónde suceda esto. Desde que el rabino Yeshayahu Heber, quien estuvo alguna vez internado por diálisis, creó la asociación Regalo de Vida, a través de campañas consiguieron 400 donantes de riñones. La mayoría vienen de la población religiosa, con mucha fe. En Hadassah tenemos un trasplante de riñón cada semana. Eso es algo muy especial que sucede acá.
-¿Qué cambios ve en estos últimos diez años?
-Como unidad de trasplantes crecemos de manera significativa. En los últimos dos años, la cantidad de trasplantes se incrementaron en un 400 por ciento, así como las intervenciones de hígado. Sin embargo, en el último tiempo el hospital Hadassah sufrió problemas financieros, que parte de ellos surgieron a raíz de la construcción del nuevo edificio.
-¿Cómo ve al hospital en el futuro próximo?
-Estoy seguro que en los próximos diez años Hadassah, que fue el primer hospital de Israel, va a ser uno de los centros médicos líderes en el país. Desde hace dos años tenemos un nuevo director general, Zeev Rotshtein. Creo que él va a llevar al hospital a otro lugar. Confío en su capacidad de liderazgo y que sabrá poner al Hadassah sobre el riel correcto.
-¿Cómo es el trabajo diario en un centro médico ligado a la universidad?
-Algo especial del Hadassah es que todo el equipo que trabaja aquí tiene una visión tanto de trabajo clínico como de investigación. No es suficiente que seas bueno en lo tuyo, todo el tiempo tenés que pensar y traer cosas nuevas. Todo empieza en los laboratorios, y si va pasando las pruebas en las diferentes etapas, las innovaciones médicas llegan a los pacientes. Quien no escribe y no publica investigaciones periódicamente no avanza en el campo de la medicina, no puede durar mucho acá. En este hospital todo el tiempo hay que ir por más, buscar el reconocimiento de la comunidad médica mundial. No alcanza con atender pacientes. Yo tengo que ser parte de comisiones, dar clases en universidades… Esta mañana hice una operación y apenas salí del quirófano me puse a escribir un artículo.
¿Quiénes son los pacientes que se tratan en Hadassah?
-El hospital Hadassah es como un Arca de Noé, porque aquí se ven árabes, judíos y cristianos. Tenemos gente que viene de los territorios palestinos desde Tulkarem, Ramallah, Hebron, Kalkilia que les enseñamos y si tienen dificultades en su zona nosotros vamos y los ayudamos. Hay un hospital que no está lejos de aquí de nombre Victoria, donde no hay casi población israelí. La mayoría de los pacientes son de Gaza, o de la Autoridad Palestina. A veces vamos e intentamos ayudar todo lo que podemos.
-¿Cómo es la cooperación con los hospitales de la Autoridad Palestina?
-Hay pacientes graves que solo en un hospital como el nuestro se los puede atender. En cada uno de los departamentos, el 15 por ciento de nuestros pacientes vienen de la Autoridad Palestina. A veces por la gravedad de la situación de algunos pacientes los médicos no saben qué hacer y gracias a la cooperación con Hadassah se puede siempre llegar a una solución para cada paciente.
-¿Cómo ven los palestinos el trabajo que se hace aquí?
-No nos ven como traidores. En lo que hoy es el Estado de Israel antes de su creación no estaba toda la gente inteligente, ni todos los hospitales que tenemos hoy. Los judíos inteligentes y brillantes estaban por todo el mundo, adquirieron todo el conocimiento posible y son los que luego crearon todo. Si alguien del pueblo palestino quiere crear un Estado hoy, debe pensar que el camino no es bajo la acusación, sino aprendiendo del mejor. No importa si es de un judío, norteamericano, de Francia o de San Pablo. En el mundo de la medicina y en los territorios palestinos, la gente sabe lo que es Hadassah. Se deja de lado la política. No piensan que acá solo hay judíos. Ellos saben que aquí vienen y recibirán atención médica sin fronteras. Acá se mira al paciente como ser humano. Yo veo cómo mis colegas luchan por cada paciente, no importa de dónde viene, qué hizo, quién es su familia. Y no por razones políticas, sino porque todos los seres humanos merecen la mejor atención médica posible.
-¿Cuál es su mirada de la situación actual con el pueblo palestino?
-Yo creo que parte del proceso de pensamiento y el comportamiento de cada persona nace del ambiente en el que vive. Creo que si a una persona le das todas las condiciones y su libertad y sos su amigo, no importa quién sos y no lo perjudiques, él será bueno contigo .En el momento que le tomas su libertad o algo que le es importante habrá conflicto. Veo en los territorios que no logran crear una comunicación continúa con el Estado de Israel, pero veo que en Ramallah se construyen hospitales, hay gente que triunfa. Pero todavía es un Estado sin recursos, podés llevar los mejores médicos y construir hospitales, pero no hay agricultura, no se produce nada, por ende no se puede generar fondos y se permanece dependiente otros países. Los palestinos que viven en territorio israelí de alguna manera u otra se integran, viven y trabajan con la sociedad israelí.