Rina, de 68 años, tiene antecedentes familiares de enfermedad cardíaca. Cuando su médico le recomendó un examen cardíaco, se comunicó con el Centro de bienestar cardiovascular Linda Joy Pollin para mujeres de la Organización médica Hadassah; sin embargo, ella no sabía que lo que recibió ayudaría a salvarle la vida, unos meses más tarde.
Antes de jubilarse, Rina había sido investigadora en el Hospital Hadassah y Directora de Ciencias Médicas y de la Vida en la Fundación Nacional de Ciencias de Israel. «Trabajé mucho hasta que cumplí 66 años y me encantaba trabajar ahí” relata Rina.
Sin embargo, hace dos años, ella decidió que era hora de retirarse. Ella viajó a Sudáfrica y descubrió que cuando regresó, comenzó a perder peso. Después de perder 20 kilos, se hizo diferentes pruebas médicas. Sus médicos estaban preocupados y pensaron que tal vez su perdida de peso, era causa de un tumor.
Finalmente, le diagnosticaron una rara enfermedad neurológica degenerativa que afecta diferentes sistemas en el cuerpo. Llamada MSA (atrofia multisistema), la enfermedad se desarrolla rápidamente. «Tenía varios síntomas, incluidos problemas de equilibrio», explica Rina. Eventualmente, ella necesitaba un andador. Cuando comenzó a experimentar dolor en sus articulaciones y otras partes de su cuerpo, lo atribuyó todo a la enfermedad neurológica. Pero, debido a su historial familiar de enfermedad cardíaca, sus médicos recomendaron pruebas cardíacas extensas.
Excepto por su alto nivel de colesterol, los resultados de su prueba estaban dentro del rango normal. Sin embargo, la enfermera del Pollin Center la envió a su casa con un artefacto parecido a un imán que enumera los síntomas particulares que una mujer puede experimentar al sufrir un ataque cardíaco. Y Rina lo tenía guardado en su refrigerador.
«Unos meses más tarde, me levanté a las 5:00 a.m.», recuerda Rina. «No me sentía bien, pero como atribuyo todo a mi enfermedad, asumí de nuevo que era mi MSA». A lo largo del día, tenía problemas de acidez y dolor en las manos. Cuando la acidez empeoró, tomó otra medicina llamada Nexium, pero no ayudó. En un momento dado, ella decidió ver qué síntomas aparecían en el imán que tenía guardado en el refrigerador.
A pesar de que no estaba experimentando los síntomas específicos que reflejaba el imán,
decidió ir a la Sala de Emergencia (ER) de Hadassah.
Un electrocardiograma en la sala de urgencias reveló inmediatamente que estaba en medio de un ataque cardíaco. En menos de una hora, se sometió a un cateterismo cardíaco. El equipo de cardiología encontró un coágulo en una de sus arterias y le colocaron un stent.
“Llegue al hospital justa a tiempo, el imán que me dieron en Pollin Center, enumeró una variedad de diferentes síntomas, y me hizo darme cuenta que aquellos no estaban relacionados con mi MSA después de todo. Eso fue lo que me salvó” explicó Rina.
Resultó que después de proceder en Rina, todos sus síntomas desaparecieron. “Entendí que los ataques al corazón de los hombres son diferentes al de las mujeres”
Se dio cuenta que las mujeres mayores, en particular, con condiciones médicas, deben de tener la capacidad para identificar síntomas de un ataque cardiaco porque ellas pueden darle atributo de esos síntomas a otras enfermedades. “todos mis amigos son científicos, y cuando les conte lo que me pasó, ellos quedaron completamente sorprendidos. Ninguno de ellos se imagino que mis síntomas indicaban que tendría un paro cardíaco” ella contó.
Rina: “Gracias a mi experiencia, mi esposo agarró más imanes del Centro Pollin y se los dio a mis amigos cuando vinieron a visitarme. Esa conciencia y esa atención es lo que puede hacer la diferencia entre vida o muerte”.