Aunque perdió la vista a una edad temprana, nada disuadió a Osnat Bublil de seguir su línea de trabajo elegida como masajista terapeuta. Hoy trata a pacientes con cáncer en el Hospital Hadassah Ein Kerem, donde identifica a sus pacientes por su voz mientras se abre paso a través de un período muy difícil en sus vidas.
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