Estimado Prof. Zangen,

Estuvimos pensando mucho cómo dar las gracias a la persona que salvó la cosa más importante de nuestras vidas: nuestro hija.

Para alguien que lo recibió, cuando los demás se negaron.

Por ir a la guerra contra todo pronóstico, quiene no durmió varias noches, quien nos dio esperanza, así como el espíritu y la fuerza para luchar,

Para quien continuó luchando cuando todos los de alrededor habrían abandonado mucho tiempo atrás, para él, quien al final salió victorioso.

Estaremos agradecidos por el resto de nuestras vidas por el regalo más grande que hemos recibido en nuestras vidas.

Nunca olvidaremos el día que nos conocimos por primera vez. Para nosotros, eras nuestra última esperanza.

Todo el mundo a nuestro alrededor nos dijo que éste era el final, que todo había terminado, que debíamos prepararnos para decir adiós a nuestra hija Raphi.

¡Sólo tú! Tú fuiste el único que no estuvo dispuesto a ceder ante esta enfermedad.

No tuviste miedo de las dificultades. No tuviste miedo de asumir la responsabilidad. Recordamos que una vez nos dijo: «Tal vez me estoy involucrando demasiado» Demasiado. Ahora podemos decir con certeza que: «No. Usted no se involucro demasiado! Más que eso, le dio una esperanza de vivir a esta increíble niña, quien nunca deja de sonreír y reír, una niña con un suministro interminable de amor, bondad y alegría, una niña que disfruta cada minuto de su vida. Esa es la vida que le diste a ella y a nosotros»

Con mucho amor, Sonia, Alex y Raphi (Kushnitzov)

 

Cuando Sonia y Alex, los jóvenes padres trasladaron a su hija recién nacida de un Hospital del centro del país a Hadassah, sabían que era su última oportunidad. Raphi nació con Hiperinsulinismo -muy altos niveles de insulina en la sangre-. También tuvo Hepatoblastoma. El Prof. David Zangen, pediatra del Centro Médico Hadassah reconoció el síndrome de Beckwith-Wiedemann, un trastorno poco común.

Hoy en día, Raphi es una niña de dos años muy feliz con unos padres muy entusiasmados.